El secundario Norbridge transformó sus instalaciones en espacios centrados en los estudiantes, con pizarras móviles, infusiones y acción en lugar de escritorios.
EDUCACIÓN INNOVADORA. El Colegio Norbridge de Mendoza implementó un modelo sin aulas tradicionales para promover el co-aprendizaje y los espacios diseñados para el bienestar estudiantil. / COLEGIO NORBRIDGE
El Colegio Norbridge de Mendoza dio un paso audaz al implementar el modelo educativo sin aulas tradicionales que auspicia el magnate Elon Musk. Este enfoque, centrado en el estudiante, busca fomentar la autonomía, el trabajo colaborativo y el aprendizaje activo. La transformación entró en vigor este año y, según el diario Los Andes, su aplicación fue bendecida por el propio Musk, quien conversó acerca de ella con un directivo de Norbridge, Daniel Ricart.
Con más de 30 años de trayectoria, Norbridge decidió romper con el esquema convencional de enseñanza, dejar de lado los pupitres, y adaptar sus espacios para crear un ambiente más dinámico y acorde a las necesidades actuales de los alumnos. Estas modificaciones responden al modelo que Musk denominó «Ad Astra» y que intenta dar respuesta a los desafíos actuales del secundario ante el «agotamiento» y «estancamiento» del sistema tradicional.
Un entorno diseñado para el co-aprendizaje
La sede de Norbridge fue transformada en un espacio que se asemeja más a un coworking que a una escuela tradicional. Las aulas fueron reemplazadas por estaciones de trabajo móviles, pelotas de yoga, sillones y pizarras que se pueden trasladar según las necesidades.
Este diseño busca eliminar las barreras físicas y psicológicas que pueden limitar la creatividad, y la interacción entre estudiantes y docentes. En lugar de escritorios fijos, se promueve un ambiente donde el aprendizaje es una experiencia compartida y flexible, y se adquiere mediante el desarrollo de proyectos.
Metodologías centradas en el alumno
El modelo adoptado por el establecimiento se basa en el co-aprendizaje, una metodología que enfatiza la participación activa de los estudiantes en su proceso educativo. Los alumnos trabajan en programas colaborativos para probar habilidades prácticas y enfrentar desafíos reales que estimulen su pensamiento crítico y creatividad.
EDUCACIÓN INNOVADORA. Norbridge en Mendoza implementa un modelo sin aulas tradicionales, promoviendo el co-aprendizaje y espacios diseñados para el bienestar estudiantil. / COLEGIO NORBRIDGE
Además, se implementaron grupos flexibles, que permiten que los estudiantes interactúen con compañeros de diferentes niveles y edades; enriquezcan su experiencia de aprendizaje, y fomenten la empatía y el respeto mutuo.
Un ambiente que promueve el bienestar
Norbridge incorporó elementos que contribuyen al bienestar general de los estudiantes. Por ejemplo, en lugar de timbres, la transición entre actividades se señala con música, lo que crea un ambiente más relajado y menos disruptivo. También se estableció una «isla de infusiones», donde los alumnos pueden servirse bebidas calientes, promoviendo momentos de descanso y socialización que son esenciales para un aprendizaje efectivo.
«La diferencia fundamental de este proyecto comparada con el modelo educativo tradicional es que el modelo ‘Ad Astra’ está centrado en trabajar por objetivos, por proyectos y por métodos de casos. Nosotros, en Mendoza, empezamos en los 90 con este modelo, que tiene que ver con transferir a cuestiones cotidianas lo que los chicos aprenden en la escuela. Es decir, les proponés a los chicos que lleven adelante un proyecto para resolver un problema», resumió Daniel Ricart, fundador del Colegio Norbridge, en una conversación con Los Andes.
En total, el nivel secundario que incorporó este año el modelo «Ad Astra» contará con casi 100 estudiantes y una división de cada uno de los cursos (de primero a quinto). El cursado, en tanto, respetará las materias de la currícula escolar, enriquecida con horas de inglés, robótica, educación financiera, educación emocional y convivencia. También cuenta con una escuela de deportes y de instrumentos musicales.