Médicos y residentes denuncian sueldos por debajo de la línea de pobreza y una crisis de recursos humanos en el principal hospital pediátrico del país.
El conflicto salarial en el Hospital Garrahan continúa escalando. Este jueves, el Ministerio de Salud de la Nación mantuvo una reunión con tres delegados de los médicos residentes, quienes vienen denunciando sueldos extremadamente bajos y condiciones laborales insostenibles en uno de los centros pediátricos más importantes del país.
El encuentro, solicitado por los residentes, se llevó a cabo en medio de un clima de tensión creciente dentro del hospital, donde el personal en formación sostiene que la institución se está “desmembrando” por la constante deserción de profesionales. Si bien desde la cartera de Salud se reconoce un «desfasaje» en los ingresos, relativizan el conflicto al considerar que está “fogoneado” por sectores gremiales que “quieren mantener privilegios”.
El primer contacto formal entre las autoridades del Consejo Directivo del Garrahan (dependiente en un 80% de Nación y un 20% de la Ciudad de Buenos Aires) y los delegados comenzó pasado el mediodía. Luego de un cuarto intermedio, la reunión se retomó por la tarde. Por ahora, no se presentaron propuestas concretas de recomposición salarial, aunque se planteó la posibilidad de aplicar un plus por productividad, medida que fue recibida con desconfianza por parte del personal.
Desde el Ministerio sostienen que no existe un problema presupuestario, sino de eficiencia del gasto. Como ejemplo, señalan que el presupuesto del hospital aumentó un 241% en lo que va de 2025, pasando de $48 millones a $165 millones. Sin embargo, los médicos denuncian que la pérdida del poder adquisitivo ronda el 40% y que los sueldos actuales se encuentran por debajo de la línea de pobreza, publicó Infobae.
Sueldos bajos, fuga de profesionales y medidas de fuerza
En paralelo a las reuniones, los residentes vienen llevando adelante paros y otras medidas de fuerza. Por la conciliación obligatoria dispuesta por el Gobierno, debieron suspender una medida prevista para este martes. Sin embargo, advierten que la situación laboral los está expulsando del sistema público.
«Estamos ganando miserias y el hospital se está vaciando», aseguró un pediatra con más de 20 años de experiencia, que no está afiliado a ningún gremio y cobra $1.800.000 tras años de formación y especialización.
El malestar también alcanza al personal de planta, que rechaza la idea del plus por productividad. “Trabajamos a destajo porque es nuestra vocación, pero no hay suficiente personal y lo que nos pagan es vergonzoso”, expresó un médico del staff permanente.
El Gobierno insiste con el control biométrico
Otra de las medidas que impulsa el Gobierno es la implementación de controles biométricos de ingreso y egreso para todo el personal, incluidos médicos, enfermeros y camilleros. Según advirtieron, no descartan desvincular a quienes no cumplan con las horas estipuladas.
Desde el Ministerio, apuntan especialmente contra el personal administrativo, al que acusan de ser excesivo. Según datos oficiales, habría 953 empleados administrativos contra 478 médicos de planta. “No vamos a cuidar ñoquis”, dijeron fuentes oficiales en alusión a recortes en este sector.
Una crisis estructural que amenaza la salud pública
Pese a que el Ministerio asegura que no hay un problema de deserción, los profesionales de la salud afirman que cada vez son menos los médicos en planta, y que los reemplazos no alcanzan. “Muchos se van y no vuelven. Formar un especialista lleva años”, alertan desde los pasillos del Garrahan.
Además, denuncian que cada vez más médicos optan por trabajar exclusivamente en el sector privado, ante los bajos ingresos del sistema público. Una tendencia que, de no revertirse, pone en riesgo la atención en los hospitales nacionales y en especial en los centros de alta complejidad como el Garrahan.
