Tras una larga batalla, la artista logró adquirir la propiedad intelectual de sus seis primeros álbumes. Subió una publicación en Instagram con la dedicatoria «You belong with me» y escribió una carta para sus fans.
“Toda la música que hice… ahora me pertenece”, escribió Taylor Swift este viernes al anunciar una noticia histórica: la recuperación de la propiedad completa de su discografía. Mediante un extenso y emotivo mensaje publicado en sus redes, la artista de «Shake it off» confirmó que compró los derechos de sus grabaciones originales, cerrando así una de las batallas más significativas de su carrera.
Swift comunicó la noticia por medio de una extensa carta publicada en sus redes sociales y la frase You belong with me («perteneces a mi lado»), un guiño a uno de sus mayores hits. En esa nota relató lo que vivió durante los últimos años: frustraciones, esperanzas, obstáculos y, finalmente, la alegría de cerrar un capítulo decisivo de su vida artística. La carta completa está disponible en Taylorswift.com
LA CARTA A SUS FANS. Taylor hizo un extenso descargo sobre lo que vivió estos años. / TAYLORSWIFT.COM
Años de batalla por sus derechos
La historia comenzó en 2018, cuando Taylor dejó su sello discográfico Big Machine Records. Al intentar comprar sus masters (las grabaciones originales de sus canciones) descubrió que no podía hacerlo. La empresa los había vendido sin su consentimiento. Como respuesta, la cantante inició un proceso de regrabación de sus álbumes bajo el sello Taylor’s Version, que rápidamente se volvió un fenómeno global.
Desde entonces, Swift lanzó nuevas versiones de «Fearless», «Red», «Speak now», «1989» y «Midnights». Cada uno fue un acto de resistencia, pero, también, una forma de reconectarse con su pasado en sus propios términos. “Esto no sólo es música: son mis recuerdos, mi esfuerzo, mis sueños de décadas”, expresó.
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Un agradecimiento a sus fans
El anuncio de que ahora es la dueña legal de toda su obra, incluidas las películas de conciertos, videoclips, fotografías y canciones inéditas, emocionó a millones de fans en todo el mundo. “Gracias a ustedes, las mejores cosas que alguna vez fueron mías… ahora lo son de verdad”, dijo.
En su carta, Taylor también habló de los obstáculos emocionales para regrabar uno de sus discos más icónicos: «Reputation». “Ese álbum fue tan específico de una etapa de mi vida que siempre que intentaba rehacerlo, me bloqueaba. Sentía que no podía mejorarlo”, confesó. Aun así, dejó la puerta abierta a lanzar eventualmente las canciones inéditas de esa era.
La artista también agradeció a la firma Shamrock Capital, que le permitió concretar la compra de sus masters, asegurando que la trataron con honestidad y respeto. “Para ellos fue un negocio, pero para mí era mi vida entera”, afirmó, entre lágrimas de alegría.
Una historia de lucha
Este logro no es sólo personal. Taylor sabe que su historia marcó un antes y un después en la industria de la música. “Cada vez que un nuevo artista me cuenta que negoció la propiedad de su música gracias a esta lucha, recuerdo lo importante que fue que todo esto sucediera”, escribió. Su caso abrió conversaciones sobre derechos, autonomía artística y poder creativo.
Con este paso, Taylor Swift se consolida no sólo como una de las artistas más influyentes del mundo, sino también como un símbolo de resistencia y empoderamiento. Lo que comenzó como una disputa contractual terminó convirtiéndose en una lucha ganada. La música volvió a quien la hizo nacer.
