Este lunes, la defensa pedirá que flexibilicen sus visitas y que le quiten la tobillera; la fiscalía rechazará el planteo y al mismo tiempo un equipo interdisciplinario evaluará a la expresidenta en su departamento.
La Cámara Federal de Casación Penal podría sugerir un cambio en el lugar de prisión domiciliaria de Cristina Kirchner, expresidenta de la Nación, y flexibilizar su régimen de visitas, aunque mantendría la tobillera electrónica como dispositivo de control, según anticiparon fuentes judiciales.
Este lunes, los jueces Mariano Borinsky, Gustavo Hornos y Diego Barroetaveña encabezarán una audiencia clave en los tribunales de Comodoro Py, en la que se revisará el régimen de ejecución de la condena a prisión domiciliaria que cumple Kirchner por la causa Vialidad.
Evaluación psicológica y social en su domicilio
En simultáneo a la audiencia, un equipo interdisciplinario compuesto por psicólogos y asistentes sociales evaluará a la expresidenta en su departamento de San José 1111, en el barrio porteño de Constitución. Su objetivo es analizar cómo se adapta al régimen de prisión domiciliaria, si el uso de la tobillera le provoca molestias o problemas de salud, y si el dispositivo funciona correctamente.
Este informe será remitido tanto a la Cámara de Casación como al Tribunal Oral Federal N°2 (TOF2), encargado de ejecutar la condena.
Qué dice la ley sobre la tobillera
De acuerdo al artículo 33 de la Ley de Ejecución Penal, la prisión domiciliaria debe contar con un dispositivo electrónico de control, que solo puede ser dispensado por decisión judicial y con informes de los órganos de control y equipos interdisciplinarios. Por eso, la revisión de este lunes será clave para determinar si se mantienen o no las condiciones actuales.
Las condiciones actuales de la prisión domiciliaria
La prisión domiciliaria de Cristina Kirchner fue fijada por los jueces del TOF2, Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso. Allí establecieron el uso de tobillera electrónica y un régimen de visitas restringido a un grupo reducido de abogados, médicos y familiares directos. Para recibir otras visitas, como ocurrió con el presidente de Brasil, Lula da Silva, la defensa debe solicitar autorización previa al tribunal.