La moneda estadounidense acumula en agosto una baja de $81,50, desde el récord nominal de $1.374 registrado el 31 de julio. A cuánto se vendió el dólar «blue».
En la segunda rueda hábil de la semana, el dólar «blue» finalizó sin cambios y se consolidó como el tipo de cambio más alto del mercado cambiario. La divisa terminó a $1.320 para la compra y a $1.340 para la venta.
En tanto, el dólar al público terminó con una baja de cinco unidades, al ubicarse en $1.310 para la venta en el Banco Nación (BNA). De esta manera, el billete acumula en lo que va de agosto una caída de $70.
En las entidades financieras -de acuerdo al Banco Central- la divisa minorista cerró a un promedio de $1.312,80 para la venta y a $1.271,81 para la compra. El dólar mayorista terminó la rueda con un retroceso marginal de 50 centavos, en $1.292,50, su menor nivel desde el 29 de julio.
El tipo de cambio oficial encadenó así 13 jornadas consecutivas en descenso y acumula en agosto una baja de $81,50, desde el récord nominal de $1.374 registrado el 31 de julio.
La estrategia para que el dólar no se “escape”
La semana pasada se caracterizó por la reducción del dólar oficial y la persistencia en la volatilidad de las tasas de interés. El dólar spot extendió la tendencia bajista a lo largo de la semana, hilando 10 ruedas consecutivas de retroceso desde el pico de $ 1.374 del 31 de julio a los $ 1.300 del cierre del jueves (-2% respecto al viernes de la semana pasada). Por su parte, el dólar informado por el Banco Central finalizó en $1.308 (-1,6%).
Dos son los factores que se encuentran detrás de la extendida baja del dólar. En primer lugar, el ajuste automático o de mercado propio del esquema que, en un contexto de credibilidad (al menos de corto plazo), en la medida en que el dólar se aproxime al techo aparecerá la oferta de divisas (ya sea por el canal comercial o financiero) y menguará la demanda, dada la premisa de una reducción en puertas. Asimismo, las intervenciones del Gobierno (sea en el dólar futuro o en mercado de pesos) ayuda a acentuar este mecanismo y a promover la creencia en el mercado de que las autoridades actuarán para evitar que se “escape” el dólar.
El segundo factor se encuentra en la política monetaria. El aumento de encajes y la necesidad de liquidez por parte de los bancos para cumplir las exigencias estaba presionando al mercado de pesos. Puesto en números, desde comienzo de mes al calor del aumento de 20% a 40% y la cancelación de integración de títulos públicos (4 puntos porcentuales pasando entonces de 36% a 40% para un grupo de bancos) los encajes en el BCRA se estabilizaron en la zona de los $ 18,8 billones, un aumento cercano a los $ 4 billones respecto del bimestre junio-julio, detalla Ecolatina.
En este marco, la próxima ventana para hacerse de liquidez por los bancos será mañana, cuando se liquide la licitación de la semana que pasó. Justamente, la Secretaría de Finanzas obtuvo un “rollover” del 61% sobre vencimientos cercanos a los $ 14,9 billones. Nuevamente, la licitación se caracterizó por el premio de corte para las Lecap de corto plazo. El vaso medio lleno es que al menos logró estirar la duration, acota la consultora.
A su vez, la autoridad monetaria introdujo nuevas modificaciones en la política de encajes. Tras conocerse el resultado de la licitación, las autoridades comunicaron que realizarán mañana una licitación ad hoc para absorber los pesos que se inyectarán (unos $ 5,8 billones). La entidad monetaria que dirige Santiago Bausili modificó la normativa de traslado de saldos diarios de integración mínimo y, más importante, aumento nuevamente los encajes para cuentas a la vista en 5 puntos (45%) los cuales podrán ser integrados con títulos públicos adquiridos en las licitaciones primarias desde mañana. La medida regirá desde el martes hasta el 28 de noviembre.
Según Ecolatina, las idas y vueltas no son inocuas: los encajes, lejos de ser un cambio marginal, se ubicarán en niveles no vistos desde enero de 1993; asimismo, la actividad comienza a dar signos de resentimientos, con préstamos por adelantos en cuenta corriente cayendo desde mediados de julio.
En el análisis de la consultora, la consigna del equipo económico que dirige Luis Caputo es clara: desinflar, aunque duela. “El Gobierno se jugará un pleno de cara a las elecciones de octubre, con el foco puesto en mantener la nominalidad a raya lo que aseguraría un buen desempeño electoral”, indica. De esta forma, la impronta en lo que sigue estará determinada por evitar que la tasa de interés se reduzca de tal forma que incentive una suba del dólar oficial y, con ello, los precios. La pregunta del millón será si se logrará acotar los márgenes de volatilidad y poner un techo claro a las tasas de mercado, finaliza Ecolatina.