viernes, agosto 22, 2025
InicioNacionalesEl gesto que emocionó al mundo: quién es la monja que rompió...

El gesto que emocionó al mundo: quién es la monja que rompió el protocolo para despedir al papa Francisco

-

Sor Geneviève Jeanningros, una monja de 81 años y vieja amiga del Pontífice, se acercó al féretro, rezó en silencio y nadie se atrevió a detenerla.

   

En medio del rigor ceremonial que marcó la despedida del papa Francisco, una escena inesperada y profundamente humana rompió con el protocolo vaticano. Una monja octogenaria, pequeña y silenciosa, caminó lentamente hasta el féretro del Pontífice, se arrodilló, se inclinó en oración y se quedó allí, inmóvil, durante largos minutos. Nadie la detuvo. Ningún guardia suizo ni gendarme del Vaticano se atrevió a interrumpir ese momento de recogimiento. No era una figura protocolar ni un alto dignatario eclesiástico. Era Sor Geneviève Jeanningros, una religiosa de 81 años, con una mochila verde al hombro y una historia de amistad inquebrantable con Francisco.

El gesto, tan cargado de simbolismo como de ternura, conmovió a todos los presentes. No solo porque se trató de una ruptura visible en una ceremonia milimétricamente planificada, sino porque reveló la dimensión más personal del Papa: su capacidad para entablar vínculos genuinos con quienes trabajan lejos de los focos, entre los márgenes. La historia de Sor Geneviève y Francisco es una historia de lealtad, lucha y amor al prójimo. Es también un retrato del Pontífice que marcó una época con su cercanía a los descartados.

El gesto que emocionó al mundo: quién es la monja que rompió el protocolo para despedir al papa Francisco

La monja de los márgenes

Sor Geneviève Jeanningros pertenece a la orden de las Hermanitas de Jesús y dedicó más de 56 años de su vida al servicio de los más olvidados de Roma. Vivía en una caravana en Ostia junto a su compañera monja Anna Amelia Giacchetto, entre feriantes, mujeres trans y personas sin hogar. Su compromiso con las minorías no solo fue constante, sino valiente: en un contexto donde muchas veces estos grupos son ignorados o marginados, ella se convirtió en un puente entre ellos y la Iglesia.

Sobrina de Léonie Duquet —la monja francesa desaparecida en Argentina durante la dictadura, en el mismo operativo en el que fue secuestrada Alice Domon y por el que fue condenado el represor Alfredo Astiz—, Geneviève lleva en su ADN una lucha histórica por los derechos humanos. Su vínculo con América Latina no se limitó a una tragedia familiar: durante años siguió de cerca la realidad social de la región, especialmente de la Argentina, país natal del Papa.

El gesto que emocionó al mundo: quién es la monja que rompió el protocolo para despedir al papa Francisco

Una amistad forjada en la misión

La relación entre Sor Geneviève y el papa Francisco no fue casual. Ambos compartían una visión pastoral centrada en los excluidos. Fue ella quien le presentó al entonces Papa a la comunidad trans de las afueras de Roma, a quienes Francisco no solo recibió en audiencias privadas, sino que también invitó a almorzar en el Vaticano. Algunos de esos encuentros quedaron registrados en fotos. Uno de los testimonios más emotivos fue el de una mujer trans que fue asesinada poco después de conocer al Papa. Geneviève le llevó la imagen al pontífice, quien rezó por ella.

ÚLTIMAS NOTICIAS