El entorno presidencial tildó el momento de pequeña disputa para luego asegurar que se trató de un divertimento superficial e íntimo.
El video del presidente de Francia, Emmanuel Macron, siendo aparentemente abofeteado por su esposa, Brigitte Macron, dio vuelta al mundo en cuestión de horas. Fuentes cercanas a la pareja presidencial intentaron dar explicaciones sobre la escena, pero no demoraron en cambiar la primera versión que se emitió.
La grabación que se volvió viral dura apenas unos segundos y es más que contundente. Los asistentes del vuelo abren la puerta del avión para ayudar a la pareja a bajar, pero en cuanto el presidente queda al descubierto, se ven las dos manos de la primera dama francesa abalanzándose contra su rostro.
Macron intenta disimular y saluda con un gesto distendido a la prensa que lo espera afuera. Pero cuando salen juntos hacia la escalera, él le ofrece su brazo a Brigitte Macron para acompañarla. Ella ignora la ayuda y decide apoyarse en el barandal para descender sin el soporte de su esposo.
Diferentes versiones intentaron explicar la escena de Macron en el avión
“Bromeábamos con mi esposa como lo hacemos bastante a menudo (…). Hace tres semanas hay personas que vieron videos y piensan que compartí una bolsa de cocaína, que tuve un mano a mano con un presidente turco y que ahora mismo estoy teniendo una escena de celos con mi esposa. Nada de eso es cierto, así que es mejor que se calmen”, declaró Macron en Hanói.
Desde el Palacio del Elíseo –la casa gubernamental de la Presidencia de la República Francesa–, primero declararon que las imágenes eran falsas y que no habían sucedido. Se intentó vincular el episodio a un sistema de inteligencia artificial ruso capaz de generar imágenes.
Luego de que la agencia que grabó las imágenes confirmara su autoría y que el video era real, fuentes cercanas al presidente francés atinaron a dar otras explicaciones. La agencia AFP también informó que una fuente cercana al presidente restó importancia al momento y dijo que se trataba de una “pequeña disputa”.
Pero la versión cambió luego. “Fue un momento en el que el presidente y su esposa se estaban relajando antes de comenzar el viaje, bromeando entre ellos. Fue un momento de complicidad. No hacía falta más para dar material a los conspiranoicos”, explicó un miembro del entorno del ejecutivo, según indicó el periódico “El País”.
