Los peritos confirmaron que Maradona sufría cirrosis avanzada, problemas renales y un corazón que pesaba casi el doble de lo normal.
ACUSADO. El médido Leopoldo Luque, encargado de coordinar el equipo de asistencia de Diego Maradona, enfrenta cargos que prevé penas de hasta 25 años. FOTO TOMADA DE FILO.NEWS
En la séptima audiencia del juicio que investiga la muerte de Diego Maradona, los peritos médicos brindaron detalles sobre el deterioro físico del exfutbolista y las patologías que afectaban su salud. Entre los testimonios, se confirmó que el astro padecía cirrosis avanzada, fallas en su sistema renal y un corazón con un tamaño fuera de los rangos normales.
El licenciado en bioquímica Ezequiel Gustavo Ventosi, perito de la Policía Científica, declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro que “las muestras de orina y sangre dieron que no se detectó la presencia de alcohol etílico ni de otro agente volátil”. Además, confirmó que “también dieron negativo en cocaína, marihuana, éxtasis y anfetaminas”. Sin embargo, detalló que se encontraron rastros de medicamentos utilizados para tratar trastornos psiquiátricos y neurológicos, como venlafaxina, levetiracetam, quetiapina y naltrexona.
Sobre el estado de los órganos de Maradona, Silvina de Piero, perito anatomopatóloga de la Policía Científica bonaerense, aseguró que “el hígado tenía lesiones de grasa, símbolos compatibles con un cuadro de cirrosis”. En la misma línea, indicó que existían “alteraciones” en su riñón y que presentaba “una necrosis tubular aguda”. También afirmó que “su cuerpo tenía una gran acumulación de líquidos” y que en la cavidad abdominal se encontraron más de tres litros.
En cuanto al corazón del ídolo, De Piero señaló que “se observó un edema”, destacó la falta de sangre y oxígeno, y afirmó que esto era “compatible con una isquemia cardíaca”. Además, resaltó que el órgano pesaba 503 gramos, casi el doble del peso normal para un corazón humano, lo que evidenciaba su deterioro.
El médico legista Alejandro Ezequiel Vega respaldó estos hallazgos al declarar que “era un hígado compatible con cirrosis” y que “el tamaño del corazón era totalmente aumentado, fuera del tamaño normal. Era un corazón enfermo, patológico”. Asimismo, enfatizó que “las arterias coronarias no tenían elasticidad y no respondían a estímulos”. Sobre los pulmones, indicó que “sufrieron hemorragias dentro de las 72 o 96 horas previas a la toma de muestra”, ocurrida el 25 de noviembre de 2020, el día de su fallecimiento.
Otro punto relevante en la audiencia fue el testimonio de Sebastián Zavala, perito de la Policía, quien confirmó ante la pregunta del abogado Vadim Mischanchuk, defensor de la psiquiatra Agustina Cosachov, que no se realizaron pericias toxicológicas sobre el cabello de Maradona. Esto podría haber aportado más información sobre su historial de consumo de sustancias en el tiempo previo a su muerte.
Cómo sigue el juicio
Hacia el final de la jornada, los fiscales Ferrari e Iribarren informaron que desestimaron a 18 testigos que iban a declarar sobre las actas iniciales y de procedimiento. Además, adelantaron que los próximos testigos en declarar serán Claudia, Rita y Ana Maradona, hermanas del exfutbolista, y su expareja, Verónica Ojeda.
En el banquillo de los acusados están imputados por homicidio simple con dolo eventual el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Ángel Díaz, el enfermero Ricardo Omar Almirón, el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna, la médica coordinadora Nancy Forlini y el responsable del equipo de enfermería Mariano Perroni. La pena prevista para este delito es de 8 a 25 años de prisión.
La próxima audiencia del juicio está programada para el jueves 3 de abril, donde se espera que continúen las declaraciones de los testigos propuestos por la fiscalía.