Tenía 89 años y padecía un cáncer de esófago que ya había hecho metástasis.
El ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica falleció este martes a los 89 años en su chacra de Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo, a causa de un cáncer de esófago que, en los últimos meses, había hecho metástasis. La noticia fue confirmada por el actual mandatario uruguayo Yamandú Orsi, su heredero político y uno de los dirigentes que mejor sintetiza su legado.
Mujica, quien gobernó Uruguay entre 2010 y 2015, fue una de las figuras más emblemáticas de la política latinoamericana. Su historia, marcada por la militancia revolucionaria, una larga prisión durante la dictadura, y su posterior integración al sistema democrático, lo convirtió en un referente mundial de la austeridad, la coherencia y el compromiso con las causas sociales.
“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho, Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”, expresó Orsi en redes sociales.
Una vida de novela
Mujica nació en 1935 y su historia es inseparable de la del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, la organización armada de izquierda a la que se sumó en los años 60. En 1970 fue herido de seis balazos durante una detención, y pasó 14 años en prisión, muchos de ellos en condiciones inhumanas durante la dictadura militar. Fue uno de los nueve rehenes del régimen, incomunicado, sin luz, sin libros y con problemas mentales por el aislamiento extremo.
Ya en democracia, fue liberado en 1985 y, lejos de retirarse, abrazó la vía política institucional. Primero como legislador, luego como ministro de Ganadería, y finalmente como presidente. Su llegada al poder, montado en una pequeña moto, vestido con ropa de trabajo y viviendo en su modesta chacra, lo catapultó como “el presidente más pobre del mundo”.
Un legado transformador
Durante su gobierno, promovió una agenda de profundas transformaciones sociales, incluyendo la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la regulación del mercado de marihuana. También impulsó políticas energéticas de largo plazo, fortaleciendo las energías renovables y la integración energética con Brasil.
Aunque su gestión fue cuestionada por ciertos desequilibrios fiscales y algunos proyectos inconclusos, dejó una huella imborrable en el país y en el mundo. Su estilo directo, filosófico y alejado del protocolo lo convirtió en una figura admirada más allá de fronteras ideológicas.
En su despedida de la política activa, Mujica dejó una frase que resumió su filosofía: “El poder no cambia a las personas, solo revela quiénes son”.
El final anunciado
En abril de 2023, Mujica anunció que padecía un cáncer de esófago. A pesar de 32 sesiones de radioterapia, su estado de salud se deterioró. En enero de 2025, en una entrevista con el semanario Búsqueda, confesó que el cáncer había hecho metástasis. “Hasta acá llegué”, dijo entonces, pidiendo no ser más entrevistado y que le permitieran vivir sus últimos días en tranquilidad, junto a su esposa Lucía Topolansky y sus animales.
