Tiene 34 años, es musulmán, nació en Uganda y es ciudadano desde 2018. Su posición propalestina y una campaña que lo acercó a la clase trabajadora.
El triunfo de Zohran Mamdani en las elecciones para la alcaldía de Nueva York marcó un punto de inflexión dentro del partido y provocó un terremoto político a nivel nacional. Con apenas 34 años y tres mandatos como asambleísta estatal, el político socialista democrático logró imponerse al ex gobernador Andrew Cuomo. Su victoria no solo desafía las estructuras tradicionales del Partido Demócrata, sino que también revela un cambio generacional e ideológico en el electorado neoyorquino.
El martes por la noche, mientras se contaban los votos en los barrios más diversos de Nueva York, quedó en evidencia que Mamdani había despertado entusiasmo entre sectores claves de la coalición demócrata, en particular jóvenes y comunidades minoritarias. Su mensaje, centrado en la asequibilidad y el aumento del costo de vida, tocó una fibra sensible entre votantes cansados de las promesas incumplidas. “Realmente representa la emoción que vi en las calles de toda la ciudad de Nueva York”, señaló Letitia James, fiscal general del estado. “No había visto esto desde que Barack Obama se postuló a la presidencia de Estados Unidos”.
Sin embargo, el ascenso de Zohran Mamdani también genera preocupación entre las filas del partido. Su plataforma, que incluye propuestas como nuevos impuestos a las grandes empresas y la crítica abierta a la política israelí en Gaza —a la que calificó de genocidio—, desafía la ortodoxia demócrata y pone en aprietos a los líderes nacionales. David Axelrod, ex estratega de Barack Obama, reconoció que sus opiniones sobre Israel “probablemente pondrán a algunos demócratas en una posición incómoda”, aunque destacó su enfoque económico por su capacidad de conectar con las preocupaciones cotidianas. “Lo que pasa es que parece íntegro, ágil y hábil para enfrentarse a ese tipo de estrategias convencionales”, añadió.
Las reacciones no se hicieron esperar y figuras conservadoras como Rick Scott y Elise Stefanik lo atacaron duramente en redes sociales. Stefanik incluso lo calificó de “simpatizante de los terroristas de Hamás”. Mamdani, por su parte, ha defendido su posición propalestina y rechazado de plano las acusaciones de antisemitismo.
La derrota de Cuomo sorprendió a muchos observadores, que veían en él al favorito gracias a su amplia experiencia, notoriedad pública y apoyo de figuras como Bill Clinton. Pero, como señaló el profesor Basil Smikle, “los votantes no están contentos con la cúpula del partido a nivel nacional y quieren centrarse en construir un movimiento. Mamdani creó un movimiento en torno a su candidatura”.
Su campaña fue una combinación de entusiasmo juvenil y estrategia digital. Con consignas como “congelar el alquiler” y “autobuses gratis”, el nuevo alcalde electo de Nueva York conectó con un electorado que enfrenta una ciudad cada vez más cara y desigual. En videos y actos públicos transmitió una imagen cercana, optimista y comprometida con la clase trabajadora.
El fenómeno Zohran Mamdani, un musulmán, nació en Uganda, que vive desde los 7 en el país, recuerda a las campañas insurgentes de Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, quienes también apostaron por un mensaje progresista y por alejarse del establishment. Tanto Sanders como Ocasio-Cortez respaldaron su candidatura y celebraron el resultado como un avance del movimiento socialista democrático dentro del partido.
Ahora, el reto será mayor: traducir esa victoria local en una gestión capaz de equilibrar sus promesas con la realidad de gobernar una de las ciudades más complejas del mundo. En un contexto de crisis habitacional, desigualdad y tensiones políticas internas, Mamdani se prepara para asumir un liderazgo que podría redefinir el rumbo del Partido Demócrata en los próximos años. Como advirtió el estratega James Carville, “son unas elecciones nacionales, no solo unas elecciones en la ciudad de Nueva York. La gente estará pendiente”.


