El presidente de EE.UU. dio plazo hasta el domingo y amenazó con “desatar un infierno” si no hay respuesta.
El presidente norteamericano, Donald Trump, fijó un ultimátum público para el grupo Hamas: dar una respuesta antes del domingo a las 18 (hora de Washington) a la propuesta de paz de 20 puntos que presentó en la Casa Blanca junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Y advirtió que, de no aceptarse el plan, se desataría “un infierno como nunca antes se ha visto” contra la organización.
Horas después del plazo fijado, Hamas difundió un comunicado en Telegram en el que afirmó haber aceptado liberar “a todos los rehenes israelíes, vivos o muertos”, conforme a los términos de la propuesta norteamericana, y manifestó su disposición a iniciar negociaciones de inmediato a través de mediadores para discutir los detalles. En el mismo comunicado, el movimiento dijo además que aceptaría entregar la administración de Gaza a “un organismo independiente de tecnócratas palestinos, basado en el consenso nacional palestino y el apoyo árabe e islámico”.
La propuesta de Washington, respaldada públicamente por Netanyahu cuando fue presentada, contempla 20 puntos que exigen -entre otros aspectos- la liberación de todos los rehenes, el desarme de Hamás, una retirada gradual de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza y la conformación de un gobierno de transición liderado por un cuerpo internacional o una administración tecnocrática. Tras la presentación, Trump había dicho que daría “tres o cuatro días” a Hamás para responder y, este viernes, concretó la fecha límite.
En su mensaje público y en posteos en su cuenta de Truth Social, Trump subrayó la contundencia de su advertencia: exigió la entrega de todos los rehenes -“incluyendo los cuerpos de los muertos”- y lanzó amenazas directas sobre los integrantes de Hamas, afirmando que muchos habían sido ya eliminados y que el resto “serán perseguidos y asesinados” si no se logra el fin de la guerra mediante la aceptación del plan. A la par, instó a “todos los palestinos inocentes” a evacuar zonas que, según él, se convertirían en “áreas de potencial muerte futura”.
El comunicado de Hamas no aclaró hoy si aceptará el desarme total exigido por la propuesta -un punto central y hasta ahora innegociable para la organización-, sino que lo vinculó a “una posición nacional unificada y a las leyes y resoluciones internacionales pertinentes”, y señaló que otros puntos de la propuesta deberán ser discutidos “a través de un marco nacional palestino integral, en el que Hamas participará y contribuirá responsablemente”. Asimismo, expresó su voluntad de discutir la transferencia administrativa de Gaza y otros aspectos “a través de mediadores”.
La reacción internacional y regional se mantiene en ebullición: la propuesta y el ultimátum provocaron pronunciamientos de apoyo por parte de Israel y de algunos países árabes, mientras que actores internacionales y organizaciones advierten sobre los riesgos humanitarios y políticos de una escalada. Por ahora, la Casa Blanca no había publicado una respuesta formal al comunicado de Hamas al cierre de la jornada, según las agencias.
El escenario queda abierto: si Hamas cumple con la entrega de rehenes y se avanza hacia negociaciones formales mediadas por terceros, podría iniciarse una instancia de diálogo que incluiría intercambios concretos y pasos para una transición administrativa en Gaza; si no, la amenaza de una respuesta militar masiva continúa sobre la mesa y la región afronta horas críticas. Las próximas jornadas definirán si la retórica se transforma en acuerdo o en una nueva escalada.